Los clientes de este proyecto son un matrimonio con un hijo, que querían vivir con proximidad los unos de los otros, pero garantizando en todo momento la privacidad de ambas familias. La reconstrucción de este edificio se presentaba entonces como la oportunidad ideal para concretar esta idea y de paso, renovar por completo el estilo de la arquitectura que habitaban. Inicialmente, el terreno presentaba una casa de dos plantas, con espacio libre en la parte posterior de la parcela. Atendiendo a los requisitos particulares pretendidos por el cliente, la mejor forma de dar respuesta pasaba por una reinterpretación de la construcción existente, aumentando el edificio tanto en altura como en profundidad de implantación.

Dentro de las dificultades de este proyecto, sobresalen la disposición del garaje y el acceso a este, encuadrando la propuesta en el marco de la legalidad; además del posicionamiento de las comunicaciones verticales y su articulación con el resto de pisos, intentando garantizar en todo momento la privacidad absoluta de cada nivel.

El resultado habla por sí solo, un edificio funcional, polivalente y con estilo, que supera con creces lo imaginado por nuestros clientes. Dos apartamentos completos en las plantas superiores, un T4 en la 1ª y un T3 en la 2ª, que cuentan con espacios comunitarios para el disfrute colectivo en la planta baja. En lo que respecta al diseño, la propuesta busca integrarse formalmente en su contexto urbano, pero al mismo tiempo independizarse arquitectónicamente. Se recogen las líneas dominantes consiguiendo así una homogeneidad formal en la manzana, y se diferencia en el estilo con el uso del color y la materialidad lograda a partir de celosías y ripados, que le otorgan un aire contemporáneo.