El presente proyecto consta de un edificio residencial unifamiliar de una sola planta a nivel del suelo y sigue el deseo de los solicitantes que querían una casa en forma de “L” para aprovechar al máximo el terreno en cuestión. La casa consta de una única vivienda T3, destinada a servir como vivienda permanente.

El polígono de implantación se diseña en base a las alineaciones de los edificios vecinos al oeste y al este, creando, como ya se ha comentado, una forma de “L” que se prolonga hacia el sur, aprovechando la extensión del terreno, el muro y frontones existentes. El polígono se desarrolla a lo largo de esta longitud. Teniendo en cuenta el diseño de esta manera, las partes social e íntima de la casa se separaron intuitivamente.

La colocación del polígono propuesto en continuidad con las edificaciones vecinas existentes refuerza la integración urbana de la propuesta, y su extensión hacia el sur garantiza un buen uso del suelo. El polígono propuesto pretende liberar espacio exterior hacia el sur y oeste, permitiendo la creación de grandes espacios verdes exteriores destinados al ócio.

La propuesta busca responder a un lenguaje arquitectónico contemporáneo que emerge y respeta las alineaciones y volúmenes existentes. El objetivo es diseñar espacios habitables que aprovechen al máximo la exposición solar, lo que consecuentemente aporta beneficios térmicos y energéticos a la vivienda. Esto es posible por la parte trasera de la casa hasta el límite este, lo que permite una mayor exposición solar hacia el sur.

En resumen, se puede decir que el edificio tiene un lenguaje más ligero, con marquesinas, y con una exposición solar más importante para la zona del jardín, y un lenguaje más cerrado para la calle. Todo el revestimiento del edificio está diseñado mediante el sistema SATE con yeso verde marrón.